El Pololo

Cerca de 1880, era muy común ver coleópteros verdes que se acercaba a las velas y lámparas de parafina de la época. La afinidad de estos coleópteros conocidos como pololos, con el fuego, además de ser verdes, inspiró a los voluntarios de la Quinta compañía a confeccionar una insignia con su figura.

Esta pintoresca insignia, usada por los jóvenes y solteros miembros de la no menos pintoresca “Orden del Pololo” cuyo primer Comendador fue don Ignacio Santa María a quien ahora recordamos en su severidad patriarcal.

Ese distintivo era un pololo verde que servía como adorno de corbata o en el ojal de la solapa.

La figura del pequeño coleóptero era de metal esmaltado en el mismo color del uniforme Quintino y dio origen al término “pololeo” y sus derivados, ya que como era natural todos esos jóvenes le hacían la corte a alguna niña, y de prenda, antes del anillo de compromiso, o como prueba de cariño, algunos voluntarios prestaban o daban sus insignias a sus preferidas.

De ahí empezó lo de “mi pololo” que decían las niñas, dicho que fue seguido por “mi polola”, y que terminó por crear el verbo pololear.Entre los actuales voluntarios de la Quinta se conserva aún el distintivo de la antigua “Orden”.

Actualmente en la Quinta se mantiene una tradición bastante peculiar, Aproximadamente en la década del 40 Cada Quintino que desee contraer matrimonio, debe solicitar autorización mediante una carta dirigida al Señor Director de la Compañía, esta es leída en sesión y por supuesto aprobada por los asistentes en la sala.

También existen otras teorías respecto al origen de esta palabra, nosotros los Bomberos por supuesto nos quedamos con esta que nació en la Quinta.